El castillo de fuegos artificial llenó de luz y color el cielo de Elche el pasado 15 de agosto a medianoche. El último acto multitudinario de las fiestas sirvió para que los ilicitanos se quitaran, por unos segundos, el sentimiento de tristeza del incidente de la Nit de l'Albà disfrutando del espectáculo pirotécnico.
En esta ocasión, y debido a la cantidad de pólvora que se disparó, 226 kilos, el perímetro de seguridad se amplió en comparación al de años anteriores y fue de 250 metros. Un hecho que provocó que este año los vecinos del barrio Porfirio Pascual no pudieron permanecer en la calle para contemplar el espectáculo.
La pirotecnia Ferrández fue la encargada de disparar el castillo que ofreció bellas palmeras y figuras como corazones, que provocaron el asombro de muchos espectadores. El lanzamiento de la cascada de fuego hacia el río Vinalopó fue otro de los momentos más esperados por los ilicitanos que disfrutaron con el espectáculo.
Noticia y fotografía extraídas del Diario Información